La Biblia Reina Valera

Romanos 7

Romanos

Indice

Capítulo 8

1


 

  AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.  

 

 

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2


 

  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.  

 

 

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3


 

  Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne;  

 

 

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4


 

  Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al espíritu.  

 

 

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5


 

  Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu.  

 

 

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6


 

  Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz:  

 

 

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7


 

  Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.  

 

 

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8


 

  Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios.  

 

 

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9


 

  Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.  

 

 

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10


 

  Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia.  

 

 

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11


 

  Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.  

 

 

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12


 

  Así que, hermanos, deudores somos, no á la carne, para que vivamos conforme á la carne:  

 

 

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13


 

  Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.  

 

 

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14


 

  Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.  

 

 

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15


 

  Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.  

 

 

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16


 

  Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios.  

 

 

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17


 

  Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.  

 

 

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18


 

  Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.  

 

 

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19


 

  Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios.  

 

 

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20


 

  Porque las criaturas sujetas fueron á vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza,  

 

 

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21


 

  Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.  

 

 

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22


 

  Porque sabemos que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora.  

 

 

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23


 

  Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo.  

 

 

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24


 

  Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo?  

 

 

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25


 

  Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos.  

 

 

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26


 

  Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.  

 

 

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27


 

  Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos.  

 

 

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28


 

  Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.  

 

 

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29


 

  Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos;  

 

 

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30


 

  Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.  

 

 

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31


 

  ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?  

 

 

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32


 

  El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?  

 

 

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33


 

  ¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.  

 

 

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34


 

  ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.  

 

 

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35


 

  ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo?  

 

 

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36


 

  Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos estimados como ovejas de matadero.  

 

 

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37


 

  Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó.  

 

 

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38


 

  Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  

 

 

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39


 

  Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.  

 

 

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Romanos 9

 

 

 

 

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